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Alrededores de Marrakech
El entorno natural que rodea a la "Ciudad Roja" es absolutamente sobrecogedor: las cumbres del Alto Atlas, el valle del río Ourika, las poblaciones berberes con sus pequeñas aldeas prácticamente colgadas en las laderas y sus costumbres ancestrales...
Las excursiones en los alrededores de Marrakech permiten descubrir paisajes de gran belleza y plenos de color, a la vez que proporcionan una gran dosis de aire puro luego de unos días en la agitada ciudad.
El Valle del Ourika
El oued (río) Ourika desciende del Alto Atlas y se escurre por el valle. La visita permite descubrir una naturaleza espectacular y numerosas poblaciones berberes que, pese a la cercanía con la ciudad, mantienen sus tradiciones y su modo de vida montañés.
Luego de atravezar la fértil llanura de Haouz, poblada de cítricos y olivos, a unos 34 km. de Marrakech comienza una sucesión de aldeas de gentes amables y abiertas:
Tnine Ourika, Oulmès, Asguine, Aghbalou, pequeños poblados berberes donde se puede comer tagine cocido directamente sobre las brasas, comprar artesanías en las numerosas tiendas y hasta dar un paseo en dromedario o a caballo.
El verdor de las riberas del Ourika contrasta con el ocre de la tierra. Los habitantes de Marrakech disfrutan escapar de la ciudad para refrescarse en lo que ellos llaman la "playa".
El recorrido ascendente lleva al poblado de Setti Fatma, desde donde parten las excursiones en el Atlas, pero si las excursiones por las montañas no están dentro de los planes, el valle propone otras atracciones más relajadas e igualmente interesantes.
Los apasionados por la gastronomía y los productos naturales pueden visitar el fragante Jardín bio-aromático del Ourika, que propone descubrir toda la riqueza botánica de la región: Una hectárea con 45 variedades de plantas medicinales, aromáticas y ornamentales para disfrutar de aromas, colores y sabores propios del valle y aprender sobre los diferentes usos y aplicaciones de estas especies. El jardín se encuentra en proximidades del poblado de Tnine Ourika y la visita libre cuesta unos 15 dirhams (1,50 euros).
Y hablando de colores y sabores, el Azafranal del Ourika es otro de los sitios que se puede visitar. La granja se encuentra a unos 34 km. de Marrakech y por tan solo 1 euro simbólico se puede recorrer este campo de azafrán único en la región, a la vez que interiorizarse sobre las características del llamado "tesoro rojo" tan presente en la cocina tradicional marroquí, las técnicas de cultivo, sus aplicaciones y otros datos interesantes.
De fin de octubre a mediados de noviembre el Azafranal propone sumarse a la fiesta del "Tiempo del Azafrán": la temporada de la recolección.
Por último, el Jardín de Timalizene en Aghbalou (a unos 40 km. de la ciudad) propone el descubrimiento de las especies propias del Alto Atlas en un entorno natural de ensueño. Dispuestos en una decena de terrazas naturales entre el oued y la montaña, jardines aromáticos, terrazas áridas, senderos, vegetaciones tan disímiles como totoras y cactus, todo esto en un marco pleno de encanto y poesía.
La visita sólo se permite previa reservación y por grupos; para 5 personas la entrada cuesta alrededor de 200 dirhams (20 euros).
El recorrido por el valle culmina en el pequeño poblado de Setti Fatma, enclavado a 1500 metros de altitud, punto de partida de numerosas excursiones en el Atlas. Entre ellas la favorita de los amantes del senderismo es la de las Siete Cascadas, recomendada con asistencia de un guía local. Alcanzada la primera cascada las vistas sobre el valle son espectaculares, pero serán necesarias dos o tres horas, según el estado físico del caminante, para descubrir las seis restantes...
El Parque Nacional Toubkal
A poco más de una hora de Marrakech, el Valle de Asni se extiende en las laderas de algunas de las cimas más altas del Atlas, desplegando toda la belleza y la pureza de una naturaleza casi intacta.
En el recorrido que lleva al poblado de Asni aparecen aldeas berberes en los flancos de las colinas, senderos de mulas, pastores llevando su rebaño, imágenes que nos hacen pensar que hemos regresado siglos en el tiempo...
Asni en sí mismo no presenta un gran interés turístico particular, pero es en este punto donde el camino se bifurca: por un lado se va a Marigha, Ouirgane y Tizi n’Test, por el otro se emprende la ruta hacia Imlil para alcanzar el Parque Nacional Toubkal.
El parque fue creado en 1942 y cubre una superficie de 38000 hectáreas. En él se encuentra el djebel (monte) Toubkal, punto culminante del Atlas, con 4167 metros. Imlil es, entonces, un pasaje obligado para todos los amantes del senderismo y del trekking que llegan ansiosos por alcanzar la cima del Toubkal, y la vida económica del poblado gira en torno al servicio de guía de montaña y la provisión de mulas para transporte de provisiones y equipajes. La ascensión al monte y el posterior descenso hacia Imlil pueden hacerse en dos días, con escalas en numerosos refugios, y el período ideal va de junio a septiembre.
Desde Imlil también se proponen excursiones más cortas en el parque y las laderas del Toubkal.
Estación de esquí de Oukaimeden
Una estación de esquí en el desierto? Aunque pueda parecer extraño, se encuentra a unos 75 km. de Marrakech. En la ladera norte del monte Oukaimeden, cuya cima alcanza los 3200 metros, hay una gran pista de esquí que cubre unas 300 hectáreas. La estación cuenta con todas las comodidades, hotel de categoría, equipamientos e instructores, y aunque no se puede garantizar nieve permanente durante todo el invierno, quienes vayan entre noviembre y abril cuentan con una actividad más para disfrutar.
Las Cascadas de Ouzoud
Son las más célebres de Marruecos y uno de los sitios más bellos del Medio Atlas. Para llegar a ellas habrá que alejarse unos 170 km. de Marrakech hacia el noreste, tomando la ruta que lleva a Fes y pasando por las poblaciones de Demnat y Tannant.
Las aguas de estas espléndidas cascadas caen desde 110 metros de alto sobre varios desniveles, proyectando pequeñas gotitas al aire que, atravezadas por el sol, reflejan casi permanentemente un arco iris. Se encuentran en medio de un paisaje maravilloso poblado de pájaros y macacos Rhesus, monos típicos del desierto. Una vez al pie de la cascada se puede disfrutar de un baño, aunque el agua es bastante fría, o dar un paseo en alguna de las embarcaciones que alquilan allí. Para hacer caminatas y recorridos, lo ideal es negociar el precio y contratar un guía local.
Hay en Ouzoud algunos puestos de comida tradicional y una modesta oferta hotelera. En fin, un lugar perfecto para pasar todo un día en tranquilidad, tal como lo indica su nombre: Ouzoud en berber significa simplemente "suavidad".
Qué ver en Marrakech:
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