La Catedral Metropolitana
En la Catedral Metropolitana descansan los restos de máximo héroe nacional y libertador de América: José de SAn Martín.
Frente a la Plaza de Mayo, al noroeste, se encuentra la Catedral de Buenos Aires, que a primera vista sorprende por lo inusual de su fachada de estilo neoclásico, más parecida a un templo griego que a una iglesia católica.
El edificio actual de la catedral tardó muchos años en terminarse. Comenzó siendo una modesta iglesia de barro y techo de paja, allá por el 1593, pero esta primera capilla rápidamente se deterioró. En 1608 se construyó un segundo templo que tampoco resistió y se derrumbó en 1616. Lo mismo ocurrió en un tercer intento. El cuarto edificio sufrió el derrumbe de su techo en 1680, y demolida en su totalidad, la iglesia fue reconstruida. En 1752, nuevos derrumbes precipitaron su demolición de la que solo se salvaron las torres y el pórtico.
Así, lentos y sucesivos trabajos que tardaron cien años en acabarse permitieron inaugurar por fin la catedral, aunque sin la actual fachada. Esta se terminó en 1821, obra de los arquitectos franceses Catelin y Benoit e inspirada en el Palacio Borbón de París, con doce columnas que representan los doce apóstoles y bajorrelieves de Dubordieu.
Vale la pena visitarla en su interior; el hermoso piso es de mármol veneciano, y en ella se encuentra el Mausoleo que guarda los restos del general San Martín, considerado el "Padre de la Independencia" y máximo héroe argentino.
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