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Centro histórico
El Centro Histórico de la Ciudad de México, declarado monumento histórico nacional en su conjunto, se encuentra en el sector que rodea la plaza mayor de la ciudad, llamada "El Zócalo", la segunda plaza más grande del mundo, sólo superada por la Plaza Roja de Moscú. Fue construida en el centro del complejo del templo principal de los aztecas y fue por siglos lugar de encuentro, celebraciones y demostraciones políticas y religiosas.
Cuando los aztecas se establecieron, el lugar era un pantano en el medio de una isla. No obstante, a su alrededor ellos edificaron la majestuosa capital de su imperio, y llegando al año 1500 la ciudad contaba con 80 templos, palacios y edificios organizados alrededor de esta plaza.
A su llegada, los conquistadores arrasaron la ciudad azteca y utilizaron las piedras para construir sus edificios e iglesias, incluso respetando la ubicación y funciones que los edificios tenían para los indígenas. La plaza se llamó en sus primeros tiempos Plaza Mayor, luego, tras la Guerra de Independencia, Plaza de la Constitución, y posteriormente adoptó el nombre actual tras un proyecto de realización de un monumento a la independencia durante el gobierno del general Santa Anna, que finalmente sólo llegó a concretarse hasta el zócalo.
Frente a la plaza, al este, encontramos el imponente edificio del Palacio Nacional, ocupando el sitio exacto del antiguo palacio de Moctezuma. Actualmente es la sede presidencial y del Ministerio de Finanzas. El edificio data de 1693 y en su interior Diego Rivera pintó cinco siglos de historia mexicana en enormes murales, trabajo que le demandó 6 años y es considerado su obra más bella.
La cara norte de la plaza es ocupada por la Catedral Metropolitana, exponente notable del arte de la Nueva España, con sus cinco naves, donde se destacan el Retablo de los Reyes, el altar del Perdón y las capillas laterales. Es la iglesia más grande de América Latina; su imponente estructura la ha protegido de los temblores, pero favorece su hundimiento, que es desigual debido a la inconsistencia del subsuelo y los trabajos de relleno. Por esta razón se realizan numerosos trabajos de ingeniería a los efectos de preservarla.
Hacia el noreste, por calle Argentina, se llega a las Ruinas y Museo del Templo Mayor. Centro de la antigua Tenochtitlán, este recinto ceremonial piramidal tenía, en aquellos tiempos, una altura de 600 metros e incluía otras 6 estructuras más pequeñas. Fue descubierto por casualidad mientras se realizaban trabajos de electricidad en el lugar, en 1978. A su lado, el museo alberga más de 3000 objetos hallados en las excavaciones, dispuestos en 8 salas, una maqueta de la antigua ciudad y un enorme disco de piedra esculpida, verdadera joya artesanal. Las excavaciones continuan; en 1994 se encontraron dos grandes cámaras conteniendo mas de 300 metros de esculturas decorativas pintadas hace 5 siglos!
En el bloque frente a las ruinas del Templo Mayor se encuentra el Museo de San Ildefonso, alojado en un convento jesuita que data de 1749, que alberga trabajos de Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, y desde 1999 una exposición de arte maya.
Siguiendo hacia el norte, en Argentina y Rep. de Venezuela se encuentra el Ministerio de Educación, que alberga el primer gran trabajo mural de Diego Rivera y, hacia el oeste, la Plaza de Santo Domingo, considerada históricamente la segunda plaza de la ciudad, de gran protagonismo cuando fuera sede de la oficina de la Inquisición.
En la esquina sudeste del Zócalo, se encuentra el edificio de la Suprema Corte de Justicia, donde encontramos un enorme mural de José Orozco, y más al sur, el Museo de la Ciudad de México, instalado en una mansión del siglo XVIII que fuera propiedad de los condes de Santiago de Calimaya y que hoy es mucho más que un museo, ya que se realizan en él exposiciones, conciertos, montajes teatrales, conferencias y talleres.
Cruzando la calle, se encuentra el Templo Jesús de Nazareth, que guarda los restos de Hernán Cortés, y justo saliendo de la iglesia, un monumento conmemorando el lugar exacto donde Moctezuma recibió a Cortés en noviembre de 1519.
La cara sur de la plaza es flanqueada por los edificios gubernamentales del Distrito Federal; al oeste, ya dirigiéndonos al parque de la Alameda por Avenida Madero o por Tacuba, encontramos elegantes mansiones coloniales tales como el Palacio de Iturbide, transformado en museo, la Iglesia de San Francisco, perteneciente al que fuera el primer convento de la ciudad, erigido en 1524 donde, en tiempos de Tenochtitlán, se encontrara el zoológico privado del emperador Moctezuma. La Casa de los Azulejos, del siglo XVI, es una de las estructuras barrocas más bellas de México; su interior alberga un restaurante, un agradable patio de tipo morisco y un mural del famoso Orozco.
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