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El Begijnhof
Este encantador patio rodeado de pintorescas viviendas conserva aún un cierto aire religioso
El término Begijnhof designa un espacio, un patio (hof), rodeado de viviendas que fueron en épocas medievales ocupadas por grupos de mujeres religiosas, las beguinas, que se dedicaban a servir a la comunidad. Si bien estas mujeres hacían voto de castidad para entrar a la congregación, las reglas no eran tan estrictas como en un convento y podían dejar la congregación cuando se les presentara la oportunidad de casarse o simplemente si así lo deseaban.
En Amsterdam se cree que si bien ya existía una congregación de beguinas alrededor del año 1346, la existencia del Begijnhof como tal sólo está documentada en 1389.
El apacible patio está rodeado por 47 viviendas muy altas que enfatizan aún más su caracter privado. La mayor parte de ellas datan de los siglos XVII y XVIII, puesto que las antiguas casas de madera fueron arrasadas por incendios y reconstruidas cada vez hasta que en 1521 fue prohibida la utilización de madera en la construcción. No obstante, una de las dos únicas casas de madera que subsistieron en Amsterdam se encuentra en el Begijnhof: La Houten Huis, en el número 34, que data de 1470.
Dentro del Begijnhof fue construida una capilla en 1419 para ser utilizada como lugar de plegaria, llamada con el tiempo Engelse Kerke (Iglesia inglesa), en la que destaca especialmente el campanario. En 1578, en tiempos de la Alteración, los calvinistas tomaron la iglesia para cederla luego a los protestantes y después pasó a manos de ingleses presbiterianos, de donde quedó el nombre. Iglesias clandestinas instaladas en las residencias, como en los números 29 y 30, testimonian la resistencia de las beguinas a abandonar sus prácticas católicas.
La beguina más famosa fue Cornelia Arens, quien falleció en octubre de 1654, de quien cuenta la leyenda que a punto de morir se negaba a ser sepultada en la capilla, que había sido "profanada" por los presbiterianos, pidiendo ser sepultada en el patio. Hicieron caso omiso a su deseo dándole sepultura en la capilla, pero cada vez su ataúd aparecía en el patio. Repitiéndose el hecho un par de veces más, finalmente se le dio sepultura en el patio. Otra versión dice que su alma no encontró la paz en la capilla y que aún deambula por el Begijnhof hasta que se la sepulte afuera...
El vecindario fue completamente renovado en 1979. Actualmente, ya no quedan beguinas en el Begijnhof (la última de ellas falleció en 1971) y las casas son ocupadas por alrededor de una centena de mujeres solas y estudiantes, en total unas 140 personas.
Hay que tener en cuenta que el Begijnhof no es un parque público. Si bien los residentes aceptan el ingreso al patio de visitantes individuales (no se permiten grupos o excursiones), se pide hacerlo con discreción y respeto.
- Dirección: Kalverstraat
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