La Basílica da Estrela tuvo su origen en la profunda fe de la reina Doña María I en el Sagrado Corazón de Jesús. Siendo aún una princesa y al momento de contraer matrimonio con el futuro rey Pedro I, María hizo la promesa de construir una iglesia y un convento para las religiosas de la orden de Santa Teresa, las Carmelitas Descalzas, en el caso de concederle el cielo un heredero varón que la sucediera un día en el trono.
Los deseos de la joven princesa se cumplieron apenas un año después, con el nacimiento en 1761 de su hijo José. Sin embargo, debió esperar a llegar al trono para poder dar cumplimiento a su promesa, lo cual ocurrió con la muerte de su padre, José I, en 1777.
La ejecución se topó con grandes obtáculos: económicos, puesto que el Marqués de Pombal había destinado todos los recursos a la reconstrucción de la ciudad luego del terremoto de 1755, y teológicos, ya que el culto al Sagrado Corazón de Jesús no contaba aún con la aceptación por parte de la Iglesia.
No obstante, la construcción del convento e iglesia comenzó en 1779, confiada a Mateus Vicente de Oliveira, autor también del Palacio de Queluz. A la muerte de Oliveira, en 1786, fue sucedido por Reinaldo Manuel dos Santos, quien introdujo algunas reformas al proyecto original, y el conjunto, que debía ser un austero monasterio para carmelitas descalzas, resultó un impresionante monumento más acabado y ornamentado, muy similar al del monasterio de Mafra.
El interior de la basílica está revestido en mármoles de varios colores y profusamente decorado con esculturas de Machado de Castro, quien es autor también de un admirable pesebre de más de 500 figuras representando el nacimiento de Jesús. La iluminación profusa provista por la imponente cúpula confiere al espacio una atmósfera de respeto y temor.
La construcción de la basílica acabó sólo una década después, en 1789, y fue inaugurada en medio de una gran pompa. Por desgracia, la reina había perdido a su hijo dos años antes víctima de la viruela... La Basílica da Estrela fue la primera iglesia del mundo en recibir el título de lugar de culto al Sagrado Corazón cuando fue finalmente aprobado por bula pontificia.
Mientras que todos los integrantes de la familia real de la Casa de Braganza tienen sepultura en el Panteón Nacional, la reina María I fue sepultada aquí, en un recargado monumento custodiado por ángeles.
Frente a la basílica se encuentra el antiguo Jardim da Estrela, inaugurado en 1852 y rebautizado como Jardim Guerra Junqueiro en homenaje al destacado poeta. Esta extensa área de 57 mil metros cuadrados constituye el segundo espacio verde en importancia de Lisboa y es un verdadero pulmón, muy apreciado en el barrio. Especialmente los fines de semana es muy concurrido por las familias que disfrutan de su lago con patos y carpas, los arreglados jardines con estatuas ("El Labrador", la "Hija del rey cuidando los patos", "Despertar", entre otras) y espacios para niños. En el centro del parque fue instalado un templete de música de hierro forjado que antes estaba en el Passeio Publico, que luego se convertiría en la Avenida da Liberdade.
Dirección: Praça da Estrela