Palacio de Seteais

Situado a aproximadamente a 1 km. del centro histórico y a unos cuantos pasos de la Quinta da Regaleira, el majestuoso Palacio de Seteais es uno de las más destacados edificios de Sintra. Convertido en hotel de lujo desde el año 1954, el palacio no perdió, sin embargo, nada del esplendor de sus orígenes, que se remontan a fines del siglo XVIII.

Historia del palacio
Por entonces, un cónsul holandés en Portugal, llamado Daniel de Gildemeester, encargó la construcción de un palacio de estilo clásico entre los años 1783 y 1787, en una privilegiada ubicación en la sierra que le proporcionaba magníficas vistas del entorno. Gildemeester era un hombre de gran fortuna, reunida por el monopolio en el comercio de diamantes que el Marqués de Pombal le había concedido. Las crónicas de la época dan cuenta de una fastuosa fiesta inaugural, el 25 de julio de 1787.
El cónsul falleció en 1797 y su familia vendió la propiedad a Diogo de Menezes Noronha Coutinho, 5º Marqués de Marialva. El marqués emprendió entre 1801 y 1802 obras de ampliación del palacio y las caballerizas, construyendo un ala de fachada simétrica a la existente y reuniendo ambas con un imponente arco triunfal. Este arco conmemora además la visita del príncipe regente João y su esposa Carlota Joaquina.
La decoración de los interiores data de esta época; aún es posible admirar la denominada Sala de Pillement, cubierta de frescos pintados por discípulos de Jean Pillement. En el gran salón-comedor, sirenas y tritones aparecen entre una exuberante vegetación, mientras que en otro más pequeño se hace notoria la influencia china.
El desafortunado Marqués de Marialva apenas pudo disfrutar del palacio, puesto que falleció en 1803, generando una complicada sucesión agravada por la existencia de varias hipotecas. El Estado puso fin al problema adquiriendo la propiedad en 1946, pero surgieron nuevos conflictos con respecto a los derechos de explotación del Campo de Seteais y el palacio. Finalmente, en 1954, se inauguró un hotel de lujo, que es el que funciona al día de hoy, preservando el edificio y manteniendo los jardines de boj geométricos que se extienden por la sierra, uno de los mejores miradores de Sintra.

La leyenda de los "sete ais"
Aunque históricamente se sabe que el origen del nombre de Seteais es una derivación de la palabra "centeais", en alusión a los campos de centeno que había en la zona, el acervo popular habla de una leyenda basada en un hecho ocurrido en tiempos de la reconquista.

Con leves diferencias entre las versiones, la leyenda de los "sete ais" (siete lamentos, siete ¡ay!) cuenta que uno de los primeros cristianos en llegar a la sierra de Sintra descubrió en el castillo una puerta por donde escapaban unos moros, entre ellos, una bella princesa con su vieja dama de compañía. Cuando la joven vio al caballero, exclamó: "¡Ay!". La vieja, alarmada, le pidió que no lo volviera a hacer, pero al ser tomada prisionera, la joven repitió su lamento. La vieja se apresuró a revelar que la muchacha era víctima de un maleficio y que el día que exclamara "Ay" siete veces, moriría, por lo que la tercera exclamación escapó de la joven.
El caballero no creyó en la historia de la maldición y se aprestó a llevarlas con él, lo que causó dos nuevos suspiros de la princesa. Entretanto llegaron unos moros que, viniendo a buscarlas, escucharon la historia del maleficio. Dieron muerte a la vieja, creyéndola una hechicera, y la muchacha volvió a exclamar "¡Ay!". Y era la sexta vez... La séptima fue justo antes de que la misma espada se deslizara por su cuello acabando con su vida.
El caballero quedó muy triste luego de aquel suceso y dio a aquel lugar de la sierra el nombre de Seteais, en honor a aquella hermosa muchacha.