El Bosque de Vincennes es el espacio verde más grande de la ciudad, con aproximadamente 995 hectáreas de superficie, y forma parte del 12º distrito, al este de la ciudad.
Desde el siglo XI el bosque fue utilizado como terreno de caza exclusivo de los sucesivos reyes. Durante el reinado de Felipe Augusto fue rodeado por una muralla de 12 km. y numerosas residencias reales fueron construidas en las proximidades, tales como el
Castillo de Vincennes, antes de que fuera acondicionado como jardín por
Luis XV, quien hizo público el acceso mediante seis puertas en la muralla.
Luego de la Revolución, el bosque se volvió zona de entrenamiento militar, con la construcción de casernas y campos de práctica de tiro. Sólo tomó su aspecto actual durante el gobierno de Napoleón III, que al igual que con el
Bosque de Boulogne, se ocupó de la plantación de gran cantidad de árboles y la creación de arroyos y lagos.
El
Castillo de Vincennes es uno de los puntos interesantes a visitar. Fue construido en tiempos de Felipe Augusto, en el siglo XIII, y luego Luis IX -San Luis- agregó una capilla donde fueron guardadas las reliquias de la corona de espinas de Cristo, que luego pasaron a la
Sainte Chapelle de la
Conciergerie. A partir del siglo XIV, el castillo se fortifica con la construcción de una gran muralla erizada de torres que fue un lugar seguro durante las guerras de religión del siglo XVI. Abandonado por Luis XIV que prefirió
Versalles, el castillo se convirtió en prisión real, adonde fueron a parar personajes célebres como el Marqués de Sade, Mirabeau, Diderot... En el siglo XVII, María de Médicis y el cardenal Mazarino construyeron, cada uno a su turno, los pabellones del Rey y de la Reina.
Símbolo del despotismo real, el castillo estuvo a punto de ser arrasado luego de la Revolución, pero sólo fueron demolidas sus torres, convirtiéndose en adelante en edificio militar. Sólo bajo Napoleón III comenzaron los trabajos de restauración, que se continuaron con cierta intermitencia. La mayor parte de las dependencias del castillo está abierta al público.
El Parque Floral, creado en 1969, se encuentra en la explanada del castillo y es todo un espectáculo de colores y variedades donde los amantes de las flores se sienten en el paraiso. Hay además áreas de juegos infantiles y servicio de restaurantes.
Llevando el nombre de un famoso físico-químico, la Granja Georges-Ville creada en 1860 como espacio de experiencias agrícolas, invita a descubrir las actividades propias del campo, como ordeñar vacas, esquilar ovejas o fabricar manteca y observar animales propios de la granja.
Puede ser un buen complemento de la visita al Parque Zoológico de Vincennes, uno de los más ricos de Europa, donde se pueden observar alrededor de 1200 animales que viven en aparente libertad. Incluso se ha creado un gran peñasco de 72 metros de altura para las cabras, camellos y buitres...
Para los románticos o quienes simplemente gusten de la navegación, se ofrece la posibilidad de alquilar un barco y dejarse llevar sobre las aguas del lago Daumesnil, el mayor de los cuatro lagos del bosque. No lejos del lago se esconde un templo budista, vestigio de una exposición colonial de 1931.
Cada primavera la entrada del bosque recibe a la feria más grande de Francia, la Foire du Trône, que constituye un evento ya tradicional. Otras entidades que desarrollan sus actividades en el bosque de Vincennes son el Teatro de la Cartoucherie y la Escuela du Breuil, la escuela de horticultura de París, donde se destaca especialmente su Arboretum con más de 800 especies diferentes, un verdadero "museo del árbol" viviente...
Ubicación: Al este del 12° Distrito
Metro: PORTE-DOREE - CHATEAU DE VINCENNES
Parques y jardines de París