Castillo Karlstein Hrad Karlštejn

El castillo Karlstein es el más querido y famoso castillo de la Bohemia, un verdadero castillo de cuento de hadas a tan solo 30 km. al sudoeste de Praga. Carlos IV, rey de Bohemia y luego emperador del Sacro Imperio Romano, lo mandó construir en el año 1348 y el castillo conservó su nombre.

El rey encomendó a Matias de Arras la construcción de un castillo suficientemente seguro como para guardar las joyas de la corona checa, las reliquias sagradas y otros valiosos tesoros reales. Las obras se dieron por finalizadas en 1365, con la consagración de la capilla de la Santa Cruz en la Gran Torre.

En tiempos de las guerras husitas (1415-1436) las joyas fueron traidas desde la Catedral de San Vito para que no cayeran en manos de los protestantes, permaneciendo aquí casi 200 años. En vano los husitas intentaron tomar el castillo en 1422; las crónicas de la época narran que atacaron arrojando con catapultas restos de cadáveres y estiércol, con el fin de infectar y enfermar a los defensores... Cuando la guerra acabó, el castillo quedó muy deteriorado. Aunque restaurado en 1480, cuando las joyas de la corona volvieron definitivamente a Praga en 1619 (durante la Guerra de los treinta años) perdió su función original, y cuando los suecos lo ocuparon en 1648 lo dejaron en muy mal estado. Luego de casi un siglo de abandono, fue restaurado en 1597 en estilo renacentista, para ser utilizado como residencia secundaria de reinas y emperatrices.
Francisco José I ordenó en 1877 una polémica reconstrucción, de la que se encargó el reconocido y controvertido restaurador del "gótico purista" Josef Mocker. En principio se intentaba devolver al castillo su aspecto gótico histórico; las críticas más encarnizados sostuvieron, sin embargo, que ni el propio Carlos IV reconocería su castillo...

Situado en lo alto de una colina rocosa rodeada de bosques y viñedos, el castillo se eleva unos 300 metros por sobre el poblado de Karlstein. El complejo tiene la particularidad de que los edificios individuales están situados a diferentes niveles, conectados por puentes internos y rodeados por robustas murallas.

En la zona más baja se encuentra la Torre del Pozo, que como su nombre sugiere era la que proveía de agua al castillo. Lo notable es que la torre se encuentra a 75 metros de la capa freática, por lo que extraer agua con baldes y una larga cuerda debe haber sido una tarea realmente penosa. Más o menos al mismo nivel se encuentra el palacio del Burgrave, donde antiguamente se alojaba el encargado, que no sólo se ocupaba del castillo sino también de la administración de las tierras aledañas.

Ascendiendo se llega al Palacio Imperial, que era el lugar de residencia del rey y su corte. Aquí se encuentran las salas mejor conservadas del castillo: el Salón de los Antepasados, en el cual hay una exposición de pinturas de miembros de la familia de Carlos IV, el Salón de los Caballeros, la capilla de San Nicolás y el Dormitorio Real.

El recorrido ascendente lleva después a la Tesorería, la sala donde se guardaban las joyas de la corona. Desde allí, el emperador, a traves de un puente de madera interno, tenía acceso a la Gran Torre.
En lo más alto, la Gran Torre domina con sus 60 metros de altura y sus macizas paredes de 5 metros de espesor. En ella se encuentra la Capilla de la Santa Cruz, la zona más preciada del castillo. Las paredes muestran una colección única de 129 pinturas de santos, profetas, ángeles y del mismo Carlos IV, realizadas por Maestro Teodorico, pintor del que no se sabe mucho, más allá de que sus talentos eran muy apreciados por Carlos IV. Se dice que como prueba de respeto y humildad el emperador entraba a la capilla descalzo y que estaba prohibido el ingreso de mujeres.

Distancia de Praga: Alrededor de 30 km. al sudoeste.

Sitio oficial: www.hradkarlstejn.cz