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Kokořín y el castillo olvidado
La torre cilíndrica del pequeño castillo de Kokorin asoma entre la abundante vegetación de una fascinante zona natural protegida.
La región situada al noreste de Melnik es conocida con el nombre de Zona Natural Protegida de Kokořínsko. Se trata de un área muy agradable para explorar, con senderos para caminatas y carriles para bicicletas que serpentean entre colinas cubiertas de vegetación, verdes prados y peñascos y grietas de piedra arenisca.
Se encuentran en la zona un puñado de poblados pintorescos, declarados patrimonio cultural nacional, que conservan las tradiciones constructivas típicas de la región de los siglos XVIII y XIX. Esencialmente construidas de madera y pintadas en marrón y blanco, responden a la llamada lidová architektura o arquitectura de las clases populares, estrechamente vinculada al medio ambiente, puesto que aprovecha los materiales de la zona y es realizada por los propios dueños o por artesanos. Osinalice, Dobren, Olesno, Konrádov, Nosalov son algunos de los tantos poblados de este tipo.
No podría concebirse un marco más adecuado para la principal atracción de la región: el pequeño Castillo de Kokorin, que aparece como en los cuentos de hadas entre la espesa vegetación de una colina.
El viejo castillo data de mediados del siglo XIV, cuando el noble caballero Hynek Berka de Dubá construyera una pequeña fortaleza de piedra. En los dos siglos siguientes fue propiedad de muchas familias distinguidas de la Bohemia, para retornar a manos de la familia Dubá en el siglo XVI. Para entonces, el castillo se había deteriorado seriamente y además de su difícil acceso, ya no reunía las comodidades de la época para ser habitado, así que cayó en el abandono.
Vista aérea del Castillo de Kokorin. Foto © Jan Sovka
Las cosas empeoraron luego de la Guerra de los treinta años y la consiguiente derrota protestante; el castillo fue confiscado y posteriormente el emperador Fernando III lo declaró "castillo maldito", condenándolo así a que nunca se le hiciera mantenimiento. Las leyendas cuentan que durante un tiempo fue refugio de ladrones que sembraban el terror en la región atacando a los viajeros.
A fines del siglo XIX sólo quedaban las ruinas, que sin embargo comenzaron a atraer la atención de poetas y pintores del período romántico, tales como K. H. Mácha y Josef Mánes. A raíz del interés suscitado, en 1895, el rico empresario Václav Spacek, que hizo fortuna con el servicio de correos, adquirió lo que quedaba del castillo y los alrededores y destinó una parte considerable de sus finanzas a su reconstrucción, basándose en datos históricos. Spacek veía en ello una gran inversión; creando un espacio idílico en plena naturaleza estaba seguro de tentar a los aristócratas a alejarse de la ciudad para distenderse en la zona. Esperaba también que allí dejaran algo de su dinero... En 1918, su hijo Jan Spacek concluyó el trabajo, haciendo del castillo una suerte de memorial familiar abierto al público.
Durante los años del comunismo el castillo fue nacionalizado. Los herederos de Spacek pudieron recobrarlo en 2006, luego de una larga batalla judicial, y decidieron mantener el acceso al público, continuando la tradición familiar.
Distancia de Praga: Alrededor de 40 km. al noreste.
Sitio oficial: www.hrad-kokorin.cz (en inglés)
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