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Castillo de Konopiste
Zámek Konopiště
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Situado a unos 50 km. al sudeste de Praga, el bello Castillo de Konopiste es uno de los monumentos nacionales más visitados del país. Aunque sus orígenes se remontan al siglo XIII, debe gran parte de su fama a uno de sus últimos propietarios, el archiduque Franz Ferdinand de Austria, heredero al trono austro-húngaro de la dinastía de los Habsburgo, cuyo asesinato condujo al comienzo de la Primera Guerra Mundial.
Pero volvamos en el tiempo al siglo XI, cuando se crea en esta zona boscosa junto al río Sazava una pequeña aldea, por impulso de los reyes premyslidas. Por entonces era posesión de los señores de Benešov, de quienes tomó su nombre. Uno de los miembros de esa familia, el obispo Tobiáš de Benešov, comenzó la construcción de una fortaleza gótica al estilo de los castillos medievales franceses, con murallas perimetrales, puente levadizo, torres de vigilancia y demás elementos característicos.
El linaje de los Benešov se extinguió y ciudad y castillo pasaron, en 1327, a manos de otra dinastía poderosa de la época: la familia Sternberg (propietarios del castillo de Český Šternberk). La familia lo conservó durante 275 años, pasando después a manos de varias familias y personajes ilustres, entre ellos el general Albrecht von Wallenstein (quien hizo construir el Palacio Wallenstein en Praga), los Vrtba (dueños del Palacio y Jardines Vrtba en Mala Strana, Praga), y la familia Lobkowicz (poseedores del Palacio Lobkowicz en el Castillo de Praga). la vieja fortaleza medieval fue modificada y embellecida por los sucesivos propietarios hasta convertirse en un suntuoso palacio barroco.
Un castillo digno de un rey que no fue
Sin duda el residente más famoso asociado al castillo de Konopiste fue el archiduque Francisco Fernando de Austria, quien adquirió la propiedad a los Lobkowicz en 1887 con la herencia que le dejara su primo, Francisco V, el último duque de Módena. El archiduque hizo de él su residencia preferida, un suntuoso palacio rodeado por extensos jardines a la inglesa y hermosos rosedales. Los interiores fueron decorados con muebles que pertenecieron también al duque de Módena y por sus colecciones de armas medievales, así como sus miles "trofeos" de caza, actividad que el archiduque disfrutaba con pasión.
Hermosa vista aérea del Castillo de Konopiste. Foto © Michal Radek
Francisco de Austria prefirió vivir en el castillo de Konopiste y no en Viena junto a su esposa morganática Sophie Chotek duquesa de Hohenberg, para evitar de alguna manera el rechazo de la familia real hacia su esposa. De esa unión nacieron tres hijos: Sofía, Maximiliano y Ernesto.
El archiduque y su esposa fueron asesinados en Sarajevo el 28 de junio de 1914, hecho que desencadenó una serie de sucesos que dieron comienzo a la Primera Guerra Mundial. La guerra acabó con la dinastía habsburgo y todas sus propiedades fueron confiscadas. En 1921 el de Konopiste pasó a ser uno de los 90 castillos en manos del estado checoslovaco.
Los nazis hicieron lo suyo, llevándose muchos objetos valiosos. Afortunadamente, en su mayoría fueron recuperados, exceptuando los de oro, que habían sido fundidos. La era comunista vio convertirse el castillo en Ministerio de Agricultura y ni siquiera los juguetes de los hijos del archiduque pudieron conservarse porque fueron distribuidos en orfanatos...
El castillo hoy
En la actualidad, el castillo y sus hermosos jardines están abiertos al público, tanto para visitas como para la realización de bodas y eventos de nivel, y gracias a ello puede solventarse su mantenimiento, que demanda unos 600 mil euros anuales. Como curiosidad, en el museo del castillo se conserva la bala que dio muerte al archiduque, pero lo más impresionante es sin duda la gran cantidad de trofeos de caza que cubren las paredes de los salones, aunque la abundante colección de armas medievales es también impactante.
En la actualidad, una bisnieta del archiduque reclama la devolución a su familia del imponente castillo. Sophie de Potesta, princesa de Hohenberg, se ampara en el hecho de que el castillo confiscado no pertenecía a los Habsburgo, puesto que la esposa del archiduque, su bisabuela, nunca fue reconocida como parte de esa familia por su condición social inferior.
El castillo es considerado por el estado parte del patrimonio nacional y existe el temor de que al recuperarlo, los herederos lo cierren y dispongan de sus muebles y objetos. La princesa aclara que para ella es ante todo una cuestión personal y afectiva, y que la motiva además la necesidad de acabar con esa vieja ley confiscatoria que considera injusta. Por otra parte, es cierto que muchos nobles recuperaron sus propiedades luego de la caida del comunismo y que, ante la imposibilidad económica de mantenerlos, debieron continuar abriéndolos al público.
Distancia de Praga: Alrededor de 50 km.
Sitio oficial: www.zamek-konopiste.cz
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