Castillo Zleby

El majestuoso y romántico castillo se divisa desde lejos en lo alto de una colina, en cuyas laderas se extiende el poblado de Zleby. El pequeño riachuelo Doubravka pasa a un lado, para completar la imagen perfecta de los cuentos de hadas.

Al igual que tantos otros castillos de la región, el castillo de Zleby nació como una fortaleza de piedra defensiva, construida por la familia Lichtenburk a fines del siglo XIII. El emperador Carlos IV lo adquirió con posterioridad y ascendió al poblado de Zleby a la categoría de ciudad real.
Durante las guerras husitas en el siglo XV el castillo fue casi totalmente destruido, por lo que sus sucesivos propietarios debieron reconstruirlo, aportando cada uno ampliaciones y mejoras en diferentes estilos.
A fines del siglo XVIII, el castillo pasó a manos de la familia Auersperk, por un matrimonio con una integrante de la familia Zleby. Las reformas comenzaron inmediatamente para transformarlo en una suntuosa residencia barroca. Sin embargo, la última y más significativa modificación data de mediados del siglo XIX.
Su heredero, Karel Auersperk, sentía gran admiración por la época medieval -acaso una especie de nostalgia por el poder y la gloria que la nobleza ostentara en otras épocas- y decidió convertir su residencia en uno de los más bellos castillos neogóticos de la República Checa. Y definitivamente logró su objetivo; del castillo de Zleby emana romanticismo, tanto en el exterior como por dentro.

Entre 1849 y 1868, los arquitectos Frantisek Schmoranz y Benedikt Skvor se ocuparon de todos los detalles, mientras que en la decoración interior se puede advertir la participación de la esposa de Karel, Guillermina. Ella misma habría realizado buena parte de la mantelería, los cortinados bordados y los tapices y acuarelas que cubren las paredes de los salones. Luego de la muerte de Karel en 1868, sus herederos sólo hicieron cambios menores y mantenimiento.

El último descendiente masculino de la familia Auersperk falleció en 1942. En 1945, cuando el castillo fue nacionalizado por los comunistas, su familia se fue a Austria dejando absolutamente todas sus pertenencias en Zleby. Mientras que algunos castillos fueron recuperados por sus antiguos propietarios luego de la caida del comunismo, el castillo de Zleby permaneció en manos del estado checo.

Recorriendo el castillo, destaca especialmente una gran colección de armas medievales dispersas un poco por todos los salones, incluido un caballero con todo y armadura montado en su caballo que parece a punto de salir... También hay una importante biblioteca con 10 mil volúmenes y seis mil estampas, y como todo castillo medieval que se precie de tal, no falta una preciosa capilla neogótica, con grandes ventanas de vitrales por donde se cuela la luz.
Una escalera de caracol permite subir a lo alto de la Gran Torre, cuya función nunca fue defensiva sino meramente decorativa, donde hay más salones y dormitorios. Abierta actualmente al público, permite admirar el paisaje circundante, una extensa zona boscosa de 120 hectáreas, que constituye el coto de Zleby.
Creado en 1972, el coto es mucho más que un parque natural recreativo. Allí se ocupan de la crianza y protección de especies amenazadas, en particular del ciervo blanco (una especie muy rara que ingresó a Europa Central en 1780 procedente de Asia) y ciertas aves rapaces (cernícalos, águilas y lechuzas), cada vez menos frecuentes en los bosques de Bohemia. Los visitantes pueden participar de muestras de adiestramiento de aves y charlas educativas sobre su cuidado y, al final, hacerse una foto con el ave posada en el brazo, lo que encanta especialmente a los niños.

Distancia de Praga: Alrededor de 90 km. al este.

Sitio oficial: www.zamek-zleby.cz (en inglés)