La calle Loretánská en Hradcany. Al fondo, la Catedral de San Vito y a la izquierda la fachada sur del Palacio Toscano

Hradcany o Distrito del Castillo es el barrio de Praga que comprende el Castillo de Praga y los alrededores. Originariamente era uno de los cuatro distritos independientes que al unirse formaron la ciudad de Praga en 1784 (los otros tres son Mala Strana, la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva).

Desarrollado como un mero apéndice, los habitantes de Hradcany eran sirvientes o artesanos al servicio del señor del castillo. El distrito cambió su fisonomía luego del gran incendio de 1541. Las modestas viviendas, arrasadas por el fuego, fueron poco a poco reemplazadas en los siglos XVII y XVIII por lujosos palacios de la nobleza y autoridades eclesiásticas.

Indudablemente la principal atracción de Hradcany es el castillo, pero vale la pena dar una vuelta por las calles sinuosas del barrio y admirar su arquitectura. En menos de un kilómetro de marcha se descubren imponentes palacios centenarios y casas pintorescas muy bien conservadas.

El recorrido comienza en la plaza Hradcanské, frente a la entrada misma del castillo. Tres imponentes palacios rodean esta plaza: al norte, el Palacio del Arzobispo, con su bonita fachada rococó; al sur, el original Palacio Schwarzenberg y su decoración de esgrafiados, mientras que en la cara oeste destaca el Palacio Toscano. A partir de aquí, la calle Loretanská continúa hacia el oeste para llegar al Loreto. Frente a la iglesia se encuentra otro imponente palacio de más de cien metros de fachada: el Palacio Cernín. Siempre siguiendo hacia el oeste alcanzaremos el Monasterio Strahov, que alberga una rica biblioteca barroca realmente impresionante.
Cuando el tiempo es agradable, esencialmente en primavera y verano, es buena idea pasearse por los jardines en las terrazas que rodean al castillo y que ofrecen vistas espectaculares de la ciudad.