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Colina Petrin
Petřín kopec
La Colina Petrin se eleva hasta alcanzar los 327 metros al sur de Malá Strana. En otros tiempos proveía de las piedras necesarias para la construcción de casas y monumentos en la ciudad; actualmente, sus laderas forestadas y adornadas con jardines proporcionan un espacio muy agradable para pasear disfrutando de las mejores vistas sobre Praga y el río. El más reciente de sus jardines es un precioso rosedal que data de 1931, un espacio muy bonito para visitar en las estaciones más cálidas.
Los praguenses disfrutan mucho del parque Petrin; cada estación lo "viste" de colores y sensaciones diferentes. Aún en invierno, la gente se llega para pasear por sus avenidas respirando el aire más limpio y puro, o para que los niños disfruten de los juegos en la nieve. También puede ser la ocasión de interesarlos a la astronomía llevándolos de visita al planetario.
Se puede ir hasta la cima a pie, observando las ardillas que aparecen por todas partes, o bien tomar el funicular en la parada de tranvía Ujezd. Bajando en la primera parada se puede ir al restaurante Nebozizek y admirar las vistas de la ciudad mientras se disfruta de una buena comida.
Torre de Petrin
Hay dentro del parque algunas atracciones especiales, entre ellas la más famosa es la Torre de Petrin, una torre-observatorio de 60 metros de altura construida en 1891, que inmediatamente recuerda a la Torre Eiffel de París, evidentemente a una escala mucho menor. Situada en lo más alto de la colina, vale la pena subir los 299 peldaños para llegar a su mirador, desde el cual las vistas alcanzan, en días claros, varias decenas de kilómetros a la redonda.
Horarios de visita:
Enero a Marzo: Sábados y domingos de 10 a 17 hs.
Abril: Todos los días de 10 a 19 hs.
Mayo a Septiembre: Todos los días de 10 a 22 hs.
Octubre: Todos los días de 10 a 20 hs.
Noviembre a Diciembre: Sábados y domingos de 10 a 19 hs.
Entrada: Adultos 70 czk. Entre 6 y 18 años 50 czk.
Laberinto de Espejos
Instalado en lo que parece un castillo en miniatura, este laberinto con espejos deformantes hace las delicias no sólo de los más chicos. El edificio data de 1891 y era el antiguo Salón de Exposiciones de Praga. Antes de entrar al laberinto, prestar atención a un diorama representando la última batalla de la Guerra de los Treinta Años, cuando los checos resistieron al ataque de los suecos combatiendo sobre el Puente Carlos.
Horarios:
Enero a Marzo: Sólo Sábado y domingos de 10 a 17 hs.
Abril: Todos los días de 10 a 19 hs.
Mayo a Agosto: Todos los días de 10 a 22 hs.
Septiembre Todos los días de 10 a 20 hs.
Octubre: Todos los días de 10 a 18 hs.
Noviembre y Diciembre Sábados y domingos de 10 a 17 hs.
Entrada: Adultos 70 czk. Entre 6 y 18 años 50 czk.
Muro del Hambre
Se trata de una pared que, atravesando el parque, se extiende casi desde el río Moldava, a la altura de la estación Ujezd donde se encuentra el funicular, hasta el Monasterio Strahov.
¿Por qué tiene ese nombre? Ciertamente no devoraba a los transeuntes ni nada por el estilo...
Este muro fue construido en tiempos de Carlos IV, entre 1360 y 1362, cuando una hambruna afectaba seriamente a la ciudad. El emperador decidió ampliar las fortificaciones defensivas al sur de Malá Strana, empleando especialmente a los más pobres y proporcionándoles a cambio comida para ellos y sus familias.
Iglesia de San Lorenzo
Frente al Laberinto de Espejos, adosada al Muro del Hambre y no muy lejos de la torre Petrin se encuentra la Iglesia de San Lorenzo. Según la leyenda, desde el siglo X los eslavos utilizaron el lugar como santuario para sus rituales paganos, que incluían el culto al fuego. Se dice que estos rituales involucraban extrañas visiones y una cierta actividad paranormal que los cristianos no toleraron. Tras las persecuciones a los eslavos por conjurar con lo desconocido construyeron una iglesia, hacia el año 1135, para contrarrestar los efectos del paganismo.
Monumento a las Víctimas del Comunismo
El 22 de mayo de 2002 fue inaugurado este impactante conjunto de esculturas en memoria a las víctimas del régimen comunista entre 1948 y 1989, siendo el primero en Praga con estas connotaciones. Los autores de este memorial son el escultor Olbram Zoubek y los arquitectos Jan Kerel y Zdeněk Holzel.
La obra muestra una serie de siete estatuas que representan diferentes fases en el proceso de destrucción de una persona; la primera estatua está completa, a la siguiente le falta una parte, a la tercera otro pedazo, y así hasta desaparecer... Una placa de bronce muestra el número estimado de personas que fueron arrestadas, encarceladas o muertas durante el régimen.
Este memorial generó no pocas polémicas; muchos artistas lo consideraron de mal gusto, otros criticaron la ausencia de figuras femeninas en el conjunto. En 2003, un ataque con bombas destruyó una de las estatuas, aunque nadie se adjudicó este hecho.
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